Realizar un trabajo de interpretación artística que incluya un desarrollo corporal, mental y emocional que llegue a los corazones de mis alumnas es fundamental para mi, es por eso que permanentemente voy solicitando retroalimentación para mejorar mis clases y talleres.

Amo tener ese espacio para ser yo misma, expresarme sin ningún prejuicio o crítica. Me encanta la técnica de enseñanza y por supuesto la profe es genial, sabe identificar tus necesidades y sus métodos para llegar a los objetivos son divertidos y eficaces. Es mi regalo de amor, trabajo y evolución personal, además de poder seguir experimentando la pasión que tengo por la danza del vientre. Es un viaje de exploración y descubrimiento interior.

Lo que más me gusta es la fusión de la técnica con lo emocional, es un espacio perfecto para moverse, compartir y sacar la mujer, salvaje o no…que hay en cada una de nosotras.

Me encantan mucho los momentos dirigidos a conectar con nosotras mismas, en el taller anterior me gustó mucho la relajación/estiramiento finales en el suelo que me ayudaron a conectar mucho conmigo y a sentir mi yo interno. Es una experiencia liberadora y de conexión con una misma.

Lo que más disfruto de las clases es el buen ambiente con las compañeras y que son muy reconfortantes.

Empecé clases de danza con ella y al acabar, compartíamos charlas en el coche en el que viajábamos, Javi de vuelta a casa y yo hacia mi trabajo. “Tu cuerpo habla, escúchalo”, “no tengas miedo”, “confía”, “enraízate, ánclate al suelo”, “respira el movimiento”, “baja la energía” y unas cuantas más frases que yo no entendía desde mi cabeza, pero supongo que sí desde mi corazón. Por primera vez acepté no comprender y dejarme llevar. Javi tiene una fe en las personas que impacta, una seguridad en el potencial que asusta. Su entusiasmo y persuasión te animan a intentar lo que te diga. A atreverte.

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Opinión de las alumnas